DINERO FACIL - ADIOS A LA CRISIS

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CRISIS HIPOTECARIA EN ESTADOS UNIDOS: RIESGO DE COLAPSO MUNDIAL.

En días recientes,los bancos centrales de la Unión Europea, Estados Unidos, Japón, Canadá, Suiza y Australia inyectaron más de 300 mil millones de dólares a sus sistemas financieros, a fin de darles liquidez, tranquilizar a los mercados y evitar una fuga masiva de inversiones. Tales reacciones se dieron en respuesta a la difícil semana que vivieron las principales bolsas de valores del mundo, como consecuencia de la apremiante situación que padece el sector inmobiliario de Estados Unidos. Lo inusual de esta medida pone de manifiesto el temor ante el eventual inicio de una crisis económica global de consecuencias lamentables.

Para poner las cosas en perspectiva, habría que señalar que la cantidad de dinero que los bancos centrales sacrificaron para contrarrestar la falta de liquidez del sistema financiero equivale a 35 por ciento del producto interno bruto de México, y que las ocasiones anteriores en que habían tenido que recurrir a medidas similares fueron en contextos de alarma mundial. La última vez que la Reserva Federal de Estados Unidos tuvo que lanzar mensajes tranquilizadores a los mercados fue tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington, y anteriormente sólo lo había hecho en octubre de 1987 -después del llamado "lunes negro", cuando la bolsa de valores de Wall Street sufrió la peor caída de su historia-, así como en 1929, al inicio de la Gran Depresión estadunidense. La gravedad y relevancia histórica de los tres sucesos mencionados hace suponer que la reciente reacción de las autoridades financieras mundiales podría ser uno de los primeros atisbos de una crisis global.

La crisis del sector inmobiliario estadunidense se dio inicialmente por la dificultad de las familias de ese país que contrajeron créditos hipotecarios de alto riesgo para pagar sus préstamos ante el incremento de las tasas de interés. De acuerdo con cifras de The Wall Street Journal, 80 por ciento de la deuda de los consumidores estadunidenses -más de 12 billones de dólares- corresponde a créditos hipotecarios. Como consecuencia, muchas de las instituciones crediticias que financiaron durante años el boom inmobiliario en Estados Unidos se han visto afectadas: decenas de empresas de créditos hipotecarios han cerrado y muchas otras han suspendido totalmente los préstamos, lo cual ha comenzado a afectar a los demás sectores económicos del país. Es alarmante la aseveración del presidente financiero del banco de inversión estadunidense Bear Stearns, Sam Molinaro, en el sentido de que la actual situación de los mercados "ha sido de lo más malo que ha visto en 22 años". Estas declaraciones, en añadidura a la inusual preocupación de las autoridades financieras, parecen obedecer a comportamientos típicos de los grandes capitales en el preámbulo de una grave crisis económica mundial.

Por su parte, no deja de ser preocupante que las autoridades mexicanas desestimen los riesgos que la actual situación de los mercados financieros plantea a la economía nacional. Según el subsecretario de Hacienda y Crédito Público, Alejandro Werner, "este fenómeno no ha afectado a los mercados domésticos" debido a la "solidez de la economía mexicana". Sin embargo, ante la baja sostenida en las expectativas de crecimiento económico y la caída en los precios del petróleo y en las remesas, es dable suponer que el impacto de una eventual crisis mundial en el país sería mucho más grave de lo que las autoridades afirman. Por tanto, es imprescindible que el gobierno de nuestro país comience a actuar con sentido económico serio, deje de desatender los signos de la vulnerabilidad de la economía mexicana ante un eventual escenario de crisis e inicie medidas como la reactivación del mercado interno y el fin de la contención salarial, a fin de prevenir la redición de escenarios tan lamentables como la crisis bancaria de la década pasada que concluyó con el desfalco nacional del Fobaproa. De lo contrario, las consecuencias podrían resultar catastróficas para la población.

WALL STREET VIVE SESIÓN MUY VOLÁTIL CON MORGAN STANLEY COMO PROTAGONISTA.

En la cuarta sesión de la semana se producía el segundo rebote, tras dos días alternos de caídas superiores al 4%.

Nueva York (EFE).- La inyección concertada de 180.000 millones de dólares en el sistema financiero internacional no consiguió hoy estabilizar a Wall Street, que vive una de sus jornadas más volátiles de los últimos meses con Morgan Stanley como protagonista.

Tal y como se esperaba, en la cuarta sesión de la semana se producía el segundo rebote, tras dos días alternos de caídas superiores al 4%, gracias en parte a esa fuerte inyección de liquidez acordada entre los principales bancos centrales del mundo.

Sin embargo, la aportación de dólares no consiguió estabilizar al Dow Jones, el principal índice de Wall Street, que, tras arrancar con un fuerte optimismo, pronto empezó a caer de nuevo, pera luego alternar entre subidas de hasta 215 puntos (2%) y bajadas de hasta 150 puntos (-1,4%).

Esa gran volatilidad se debía un día más a los duros momentos que vive el sector estadounidense de los servicios financieros, con Morgan Stanley protagonizando las caídas, así como de los rumores en Wall Street.

Ese banco de inversión llegó a perder hoy hasta el 46% de su valor en la bolsa y acumulaba un descenso superior al 50% en lo que va de la semana, envuelta en rumores de que negocia su integración en un gran banco comercial.

Lo mismo ocurría con Goldman Sachs, que llegó a perder hasta un 25% y acumulaba un descenso semanal cercano al 35% y que, junto a Morgan Stanley, son los dos únicos grandes bancos de inversión independientes que sobreviven a la crisis, tras el derrumbe de los otro tres.

El primero en sucumbir fue Bear Stearns, que en marzo cayó en manos de JPMorgan Chase, a través de una operación que fue entendida por muchos como una artimaña del banco para tomar el control de la malograda firma (por la que llegó a ofrecer dos dólares por acción, aunque finalmente pagó diez), con el apoyo explícito de Washington.

Este lunes y ante la pasividad de las autoridades, Lehman Brohters pidió la protección por bancarrota, salvo la de su unidad de correduría, que vendió al británico Barclays a 29 dólares por acción.

Ese día, Merrill Lynch optó por venderse a Bank of America y asegurarse así la supervivencia, de forma que solo quedan como independientes Morgan Stanley y Goldman Sachs.

Sin embargo, la presión sobre ellos es cada vez mayor, a medida que sus costes de financiación suben y sus acciones registran las mayores caídas de su historia, un círculo vicioso que estos días parece difícil de romper si no es dejándose absorber por un banco comercial.

Los inversores apuestan por los bancos comerciales, que registraban notables avances, entre ellos Washington Mutual, la mayor caja de ahorro y préstamo de EE.UU., que subía más del 16% empujada, además, por rumores de que podría ser comprado por alguna otra entidad del sector, como HSBC, JPMorgan Chase, Wells Fargo y Citigroup.

Los analistas aseguraron que el banco Wachovia (que subía hoy casi un 50%) se ofreció como comprador de Morgan Stanley y que éste estudia esa posibilidad, entre otras, aunque muchos apuntaron que la operación no sería beneficiosa para el banco de inversión.

En una conferencia con analistas el responsable financiero de Goldman Sachs, David Viniar, defendió algo parecido sobre su compañía y una posible fusión con un banco comercial, añadiendo que esa entidad no podría utilizar sus depósitos para financiar los negocios del banco de inversión en el mercado de capitales.

Fuera de EE.UU., el banco hipotecario HBOS, el número uno en el Reino Unido por depósitos, también se vio forzado en las últimas horas a dejarse absorber por Lloyd's TSB.

El temor sobre el futuro de las empresas estadounidenses de servicios financieros en Wall Street pudo más, incluso que la potente inyección concertada entre bancos centrales de todo el mundo para satisfacer la enorme demanda de esa moneda.

Los emisores de moneda de Estados Unidos, la Unión Europea (UE), Canadá, Inglaterra, Japón y Suiza trataron de atender así la demanda internacional de dólares para pagar deuda e inversiones emitidas con esa divisa y financiar las actividades de los bancos en el mercado de capitales.

En el origen de la crisis financiera se encuentra precisamente, la falta de liquidez del sistema financiero ante la desconfianza entre los bancos a la hora de prestarse dinero mutuamente, algo vital para que el sector funcione con normalidad.

ALAN GARCÍA ASEGURA QUE EL PERÚ ESTÁ PREPARADO PARA AFRONTAR CRISIS DE EE.UU.

El mandatario dijo que el país cuenta con 35 mil millones de divisas 'con la cuales puede afrontar cualquier problema internacional'

El presidente de la República, Alan García, aseguró que en el Perú ya se tomaron las medidas necesarias para enfrentar la crisis financiera en Estados Unidos con el fin de proteger los encajes bancarios y evitar un crecimiento imprudente de créditos de consumo.

En declaraciones a la radio RPP, el jefe de Estado dijo que estas medidas ya fueron tomadas por el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) y la Superintendencia de Banca y Seguro (SBS). Agregó que el país cuenta con 35 mil millones de divisas "con la cuales puede afrontar cualquier problema internacional".

En ese sentido, destacó el aumento de las exportaciones de 17.000 millones de dólares en 2006 a 33.000 millones en 2008. "Hay cientos de miles de peruanos trabajando en estas nuevas áreas", señaló.

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